Cuando estamos a la caza de casa tenemos presente una serie de factores que
consideramos prioritarios. ¿Cuáles suelen ser esas preocupaciones? Posiblemente estemos barajando la idea de una buena ubicación con respecto a nuestros trabajos o escuelas de los niños, o un vecindario agradable. Es probable que nos interese la superficie de la vivienda ya que tenemos claramente definido que no viviremos en un espacio demasiado pequeño o demasiado grande. O, ciertamente, esta vez no cederemos en el número de baños que necesitamos, o el jardín que tanto añoramos, o el piso en planta alta que nos dará la independencia que necesitamos. Es posible que lo que más nos interese sean los detalles atractivos como las terminaciones de baños y cocinas. Y, por supuesto, todo esto tiene que ajustarse a nuestro presupuesto. Tarea nada sencilla.
Ahora, al establecer nuestro presupuesto, ¿no nos estaremos olvidando de un tema por demás importante? ¿Hemos tenido en cuenta aquellos factores ocultos, como un sistema de calefacción obsoleto o un aire acondicionado anticuado? ¿Pensamos en la calidad del aire interior y en la conservación de la energía que nos brindarán estos equipos antiguos?
Costes ocultos de la vivienda
En la actualidad, la mayoría de las casas de nueva construcción están diseñadas para conservar la energía; sin embargo, es muy posible que las casas más antiguas del mercado no estén ni diseñadas ni construidas de acuerdo a los nuevos conceptos de conservación de la energía y obtención de buena calidad del aire interior.
Si optamos por no actualizar nuestros sistemas de climatización, corremos el riesgo de sorprendernos con facturas sumamente elevadas. Es por eso que los propietarios de viviendas a la venta suelen calificar la eficiencia energética de los artefactos de sus hogares como uno de sus principales requisitos.
Curiosamente, según estudios llevados a cabo por el Instituto Americano de Arquitectos, la preocupación por la calidad del aire interior es una prioridad menor. De este informe se desprende que el 63% de la gente da prioridad a la conservación de la energía, mientras que sólo el 35% se preocupa por la calidad del aire interior. Lo que muchos propietarios no sabemos es que invirtiendo en un sistema de climatización eficiente se pueden conseguir ambos objetivos.
Nuestro consumo actual de energía
De acuerdo a datos aportados por la Agencia Europea de Medio Ambiente, los países europeos hoy consumen menos energía que hace 10 años, principalmente debido al aumento de la eficiencia energética. Este dato es significativo porque hace referencia a la importancia que los españoles damos a la conservación de la energía. Es decir, el tema de ahorro energético está en el punto de mira. Pero, tristemente, no es así en cuanto al tema de calidad de aire.
Como mencionamos anteriormente, si se invierte en un sistema de climatización eficiente, se pueden alcanzar ambos objetivos.
Lo mejor de ambas opciones
¿Sabíamos que el aire acondicionado y la calefacción central pueden consumir quince veces más energía que una nevera? Aun así, ¡nadie debería tener que decidir entre mantener la salud y el confort de su familia y pagar la factura de la energía!
Si el sistema de climatización (HVAC por sus siglas en inglés) existente en nuestra casa tiene al menos 12 años, lo más probable es que el equipo no cumpla con las normas actuales de eficiencia energética. Eso significa que, aunque funcione bien, podría estar consumiendo mucha más energía que un modelo más actual. En los últimos años se han producido grandes avances en la tecnología innovadora de todo lo relacionado con HVAC.
Los termostatos Wifi, los ventiladores de velocidad variable, y las capacidades precisas de zonificación son sólo algunas de las formas en que los nuevos equipos de vanguardia pueden conservar la energía.
La salud de los conductos
Debe entenderse que no todos los sistemas de HVAC necesitan que se reemplace su sistema de conductos, pero es muy importante que los hagamos inspeccionar para asegurarnos de que están haciendo su trabajo de manera eficiente y segura, proporcionándonos aire limpio y cuentas de energía razonables.
El sistema de conductos es un conjunto de "tubos" que distribuyen el aire calentado o enfriado por toda su casa. Estos conductos pueden perder casi el 40% de la energía de calefacción o refrigeración del equipo debido a una mala o insuficiente aislación, o a las fugas a través de las costuras o fisuras de los propios conductos.
Los conductos mal diseñados o instalados también pueden tener un efecto profundo en la salud de los que vivimos en la casa. Si las secciones están mal conectadas, los conductos podrían ser propensos a fugas de aire accidentales y a la contaminación. El polvo, el moho y los hongos podrían viajar a través de su sistema, diseminando patógenos por toda la vivienda. El sellado adecuado de los conductos puede garantizar que nuestro sistema de climatización funcione con la máxima eficiencia y mantenga la integridad de la calidad del aire interior de nuestro hogar.
Una vez que los conductos estén en perfecto estado, nos estarán ofreciendo la mejor calidad posible de filtración y depuración de sus componentes, siendo más limpio el aire interior que respiramos con nuestra familia.
Conclusión
Hoy en día, el ahorro energético es tan importante como la calidad del aire interior. Por eso, a la hora de buscar una casa (o de optimizar la propia), hay que prestar mucha atención a los sistemas de climatización disponibles en el mercado inmobiliario. Aunque no es una razón absoluta para rechazar la oferta, actualizar los sistemas obsoletos supone un gran desembolso de dinero.