¿Has oído hablar alguna vez de la bacteria Legionella? Posiblemente, no. Sin embargo, esta bacteria puede ser factor de enfermedades en el ser humano y puede estar acechando muy cerca de ti. Te invito a informarte sobre este intruso que habita en nuestros hogares.
¿Qué es la bacteria Legionella y cuáles son sus síntomas en el cuerpo humano?
La Legionella es una bacteria que puede causar una enfermedad conocida como legionelosis, que se presenta en dos formas principales: la fiebre de Pontiac, una forma leve que se manifiesta con síntomas similares a los de la gripe, y la enfermedad del legionario, que puede ser más grave y presentar síntomas como fiebre alta, tos, dificultad para respirar, dolores musculares, dolor de cabeza y fatiga.
¿Cómo se puede contagiar?
La bacteria Legionella se contagia principalmente por inhalar pequeñas gotas de agua contaminada con la bacteria, como las que pueden generarse en sistemas de agua caliente, jacuzzis, duchas, fuentes decorativas o sistemas de aire acondicionado. También puede transmitirse por aspirar agua contaminada accidentalmente, por ejemplo, al tragar agua mientras se baña.
¿Es factible contraer la bacteria Legionella?
Es posible contraer la bacteria Legionella, especialmente si están presentes las condiciones adecuadas para su proliferación, como los sistemas y lugares específicos mencionados anteriormente. Sin embargo, es importante destacar que la legionelosis es una enfermedad poco común y que la mayoría de las personas expuestas a la bacteria no se enferman. Los riesgos pueden minimizarse mediante un mantenimiento adecuado de los sistemas de agua y una buena higiene.
¿Cómo eliminar la bacteria Legionella del sistema de agua caliente en el hogar?
Para evitar la proliferación de la bacteria Legionella y reducir el riesgo de contraer la enfermedad, es fundamental realizar un mantenimiento adecuado de los sistemas de agua y practicar una buena higiene. Estos son los pasos clave a seguir:
- Aumentar la temperatura del agua caliente: La Legionella no puede sobrevivir a temperaturas superiores a 60°C. Asegúrate de que el agua caliente se caliente a esta temperatura regularmente. Lo ideal es tener programado el termostato para que levante la temperatura de la caldera una vez por semana, preferentemente de noche.
- Limpiar y desinfectar regularmente los depósitos de agua caliente y las cañerías: Esto puede implicar usar productos desinfectantes adecuados y seguir las instrucciones de seguridad.
- Mantener una buena circulación de agua: Evita el estancamiento del agua en las cañerías de agua caliente y jacuzzis y los depósitos, ya que esto puede promover el crecimiento de la bacteria.
- Realizar un mantenimiento regular del sistema de agua caliente: Inspeccionar y limpiar regularmente el sistema, incluyendo duchas y canillas, para evitar la acumulación de sedimentos u otros materiales que puedan favorecer el crecimiento bacteriano.
- Evitar el contacto con agua estancada o de fuentes desconocidas, especialmente en entornos de riesgo.
- Mantener una buena ventilación en áreas donde pueda haber vapor de agua, como baños y cocinas.
- Consultar a un profesional: Siempre es recomendable consultar a un técnico del mantenimiento de sistemas de agua caliente para obtener orientación específica sobre cómo tratar y prevenir la proliferación de la bacteria Legionela en tu sistema.
Conclusión
La implementación de estas medidas proporciona una estrategia efectiva para reducir de manera significativa el riesgo de contraer la bacteria Legionella y desarrollar la enfermedad asociada. La combinación de acciones preventivas, como el mantenimiento regular de sistemas de agua, el monitoreo de la calidad del agua y la educación sobre prácticas higiénicas adecuadas, se muestra como una herramienta crucial en la protección de la salud pública frente a este patógeno potencialmente peligroso.